Su sabor fuerte y el lagrimeo que produce al cortarla se debe a sus esencias sulfúreas volátiles que hacen de la cebolla un poderoso desinfectante y depurativo orgánico. "La cebolla es la escoba del intestino", así solía decir un famoso gastroenterólogo, ya que esta acción depurativa se revela especialmente beneficiosa en el área intestinal. Debido a que disuelve y elimina el ácido, la cebolla es un poderoso antirreumático y antiartrítico.