Ayer, en su primera entrega, DIAaDIA dio a conocer el testimonio de miembros de bandas delincuenciales de Colón y Panamá y de un ex detective de la antigua Policía Técnica Judicial (PTJ), quienes revelaron la procedencia de las armas y señalaron como responsables directos a miembros de la propia Policía Nacional, además de las que entran en manos de sicarios desde Costa Rica y Colombia.
Hoy se revela la falta de control y el destino de éstas.
ESTO ES PREOCUPANTE
En Panamá mueren dos personas por armas de fuego cada 11 horas, pero no existe un control ni siquiera de las armas legales que los ciudadanos compran en las tiendas dedicadas a este negocio. Y lo que es peor: las incautaciones no registran incremento en la última década, pero el crimen casi se triplicó en ese mismo tiempo.
Es más, DIAaDIA visitó dos tiendas de venta de armas. Resultado: por 200.00 dólares adicionales al costo del arma, las tiendas tramitan el permiso para portarla. En otras palabras, el filtro puede ser nulo y cualquiera puede acceder a una. Eso sí, las armas de guerra son ilegales, nadie puede comprarlas en las tiendas.
UNA FIGURA TERRORIFICA: EL SICARIATO
De acuerdo con el ex detective de la Policía Técnica Judicial, ahora DIJ, Julio Alonso, existe el sicariato, pero difícilmente las pandillas alquilan sus armas a los asesinos internacionales, porque no hay una red o un contacto de confianza, ya que, por lo general, los carteles funcionan con "oficinas', como les llaman los capos, que operan en diferentes países. Los carteles envían a sus sicarios, que se ponen en contacto con las oficinas que tengan en el país en donde van a hacer su misión. En estas oficinas les prestan los vehículos, el chofer y las armas e, incluso, ya le han montado seguimiento y tienen el blanco ubicado que van a eliminar. Con todo planeado, el sicario solo llega, ejecuta a su víctima, y en la tarde o al día siguiente está saliendo del país.
POR SIMPLES RENCILLAS
En este mundo del sicariato es muy difícil que las pandillas locales hagan negocios con estas oficinas, porque las pandillas del patio no confían en ellas, dijo. Los muertos que hay en las calles se debe más que todo a las rencillas, pero en algún momento sí hubo conexiones de los carteles colombianos y mexicanos con los pandilleros locales. Sin embargo, cuando se percataron de que el negocio de la droga era muy rentable, empezaron los tumbes de droga, por eso estos carteles se unieron para hacerles la guerra a los tumbadores.
AGENTES DE SEGURIDAD: PRESAS FACILES
A pesar de que los pandilleros insisten en que los agentes de seguridad no son sus presas, el secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores de Agencias de Seguridad (UNTAS), Aníbal González, afirmó que esto no es cierto. Para desmentirlo, denunció que el mes pasado a un supervisor de una agencia de seguridad le robaron 12 armas y a otro de una agencia distinta, otras siete.
¡LES ROBAN O FINGEN!
Expresó que en los últimos años a los seguridad les roban de tres a cuatro armas por semana y lo más triste es que los dueños de las agencias se las cobran a los seguridad, amenazándolos con meterlos presos si no lo hacen. Cuestionó al Gobierno para que haga un inventario, a fin de saber cuántas armas les roban a estas agencias y por qué no reportan a la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) las armas que les roban los maleantes.
ROBOS POR INJUSTICIA
Según González, los robos a los seguridad se deben a las injusticias a las que son sometidos estos trabajadores por sus patronos que los obligan en muchas ocasiones a trabajar 36 horas seguidas, lo que a la postre causa que se duerman en sus puestos de trabajo. Además, muchas agencias transportan las armas en maleteros de los autos y supervisores cargan armas en motos, en una mochila, cuando el Decreto 21 y 22 del 31 de enero de 1992 establece que deben tener armerías.
El asesinato de 23 seguridad en el 2008, 23 en el 2009 y tres en lo que va del año son la muestra de que los guardias de seguridad son el blanco perfecto de los pandilleros para proveerse de armas, dijo González.
CUANTO COBRAN LOS SICARIOS
Un ex pandillero del populoso barrio de El Chorrillo aseguró a este medio que este problema tiene su génesis en la invasión en 1989 por el Ejército de los Estados Unidos, porque las armas que no fueron recuperadas por los gringos quedaron en manos de unidades de las extintas Fuerzas de Defensa, que luego se las vendieron a los delincuentes.
ESTOS SON LOS QUE LAS TIENEN
En la actualidad, muchas de estas armas son parte del arsenal de pandillas como: El Pentágono, de calle 16 Santa Ana; los Bebés, de avenida Ancón; El Centenario, de Patio Pinel; El Pentágono; Los Hot Boys, Ciudad de Dios, Los Chacales, Los Chicos Malos de San Felipe; Bagdad, La 15 pisos, Killer Instint, de El Chorrillo, entre otras.
TODA UNA MAQUINARIA DE INTELIGENCIA
Para hacer un trabajo, los sicarios del patio cobran dependiendo de la importancia del sujeto a quien tengan que eliminar. Si es una persona de poca monta, pueden cobrar unos 5, 000.00 dólares, pero si es un jefe de una pandilla grande los cobros van de 50 mil a 100 mil dólares.
Se debe pagar el 50% por adelantado y de inmediato empiezan a seguir a su presa, pues deben saber todo sobre su vida: a qué hora duerme, si está custodiada, si tiene hijos, a qué hora sale de su casa, para que la misión no les salga mal con los mejicanos y colombianos que utilizan sus servicios.