Muchas veces, el amor de las madres es tan grande, que sin querer sobreprotegen a sus hijos y coartan su libertad. No estoy diciendo que ser madre sea fácil o que están equivocadas al darle amor a sus críos, pero lo mejor es que se pregunten si con su actitud, está educando bien a su hijo. Muchas piensan que la vida es muy dura; por eso, ahora que son pequeños, les proporcionan un camino de rosas sin ninguna dificultad. Y otro grupo se ciega en ver a sus hijos siempre pequeños, no los creen capaces de realizar las cosas por sí solos. Todos quieren lo mejor para sus hijos, pero debemos formarlos como seres cultos y libres, haciéndoles ver que tienen que aprender a desenvolverse en su entorno, para favorecer su autonomía y su responsabilidad.
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