"La plata está hecha, sólo hay que buscarla". Expresó este panameño, que más que sus ánimos de vivir lo caracteriza su sonrisa y deseos de superación, al estar todos los días vendiendo minutos para llevar el sustento a su hogar.

Ismael Omar Mussa se dedica desde hace varios años a vender minutos de celular en la Gran Estación de San Miguelito.

Desde temprano se traslada desde calle 22, Río Abajo, con la esperanza de que le Dios le guarde para llevar dinero a su familia.

En 1989 decidió viajar al extranjero y, por ironías de la vida, encontró refugio en este foráneo país, que considera le abrió sus puertas y con ellas el "chance" de ofrecer un futuro mejor a los suyos.

"Tuve que viajar a Suecia, donde encontré un mejor modo de vida, porque aprendí diseño gráfico y el arte de hacer banners y letreros", indicó Mussa, mientras trataba de ofrecer sus servicios de celular a una joven. Desde pequeño sintió la necesidad de crear cosas, por eso se especializó en la decoración de autos, razón por la cual estudió computación hasta realizarse con tres cursos, los que le han ayudado a realizarse profesionalmente.

"A pesar de que no me va tan mal en este oficio, considero que es poco para lo que una persona sana y con sus cincos sentidos bien puestos puede hacer, por eso busco el dinero por donde sea", añadió Ismael.

Sus cinco hijos y su esposa lo motivan a seguir adelante y pensar que próximamente vendrán los meses en los que pueda disfrutar de su compañía, ya que lo pueden visitar en Panamá.

"Dos veces al año los visito en Suecia, me hacen falta, pero siento que en ese país tienen mejores oportunidades, eso me alegra y me da ánimos de seguir en el mío", indicó.

Todos los días repite su faena al lado de su compañero de oficio, Bosco, tratando de ofrecer sus servicios a todas las personas que visitan la Gran Estación de San Miguelito.

RENTABLE

La venta de minutos representa buenas ganancias. Ismael puede ganar hasta 40 dólares diarios.