Cuando un ser querido se va, la tristeza que embarga a los familiares es inmensa; pero cuando muere de forma trágica y tan joven, el dolor es indescriptible.
Esto es lo que se vivió ayer en el sepelio del obrero de la construcción Luis Araya, de nacionalidad costarricense, quien murió en la plenitud de su vida.
Araya, de 33 años de edad, perdió la vida al caer del montacarga que lo llevaba al piso 23, en un edificio en construcción de la compañía Pacific Beach.
El lamentable accidente de trabajo, que dejó secuelas de luto y dolor a los familiares de la víctima, se registró el pasado 30 de abril en calle 67 del sector de San Francisco, en los predios del edificio en construcción.
SEPELIO
El sepelio se realizó en la capilla del cementerio Colinas de la Paz, de Nuevo Arraiján, y se inició a eso de las 2 de la tarde.
Como es costumbre, las lágrimas y gemidos de dolor eran la tónica; por lapsos, se observaba la mirada perdida de la esposa, quien abrazaba fuertemente a sus hijos, como tratando de buscar las fuerzas que necesitaba para afrontar tan difícil partida.
Los familiares y amigos cercanos del "Tico", como lo llamaban cariñosamente, daban muestras de pesar, al pensar que un buen muchacho, trabajador, padre, hermano y esposo, partió dejando a sus retoños y esposa solos. Los familiares piden que haya más seguridad en las construcciones.
TRABAJADOR
Araya tenía ya 12 años de laborar en la construcción, para llevar el sustento diario a su hogar.
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