A partir de ayer, cada producto agropecuario, como carne bovina, porcina, de aves, peces y camarones, vegetales y frutas que se exporten, tendrá que pasar por el Laboratorio de Residuos Tóxicos, donde se puede detectar si los productos contienen residuos de plaguicida, hormonas, arsénico, mercurio, entre otros elementos.
La infraestructura cuenta con cuatro componentes: un laboratorio de residuos tóxicos con una sección para el área vegetal y otra para el área animal, un laboratorio de control biológico y un bioterio de infección, además de una planta para el tratamiento de aguas residuales.
Según Gilberto Real, de la Dirección de Salud del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, con este laboratorio se garantiza la entrada a nuevos mercados internacionales; además, se cumple con las exigencias de otros países.
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