Más de cuarenta años de experiencia en el mundo de la fabricación de calzados, han hecho de Pedro González uno de los mejores en esta profesión.
A los 14 años conoció de buena mano, las nociones básicas de reparación y elaboración de calzados, al empezar a trabajar en el taller de un tío zapatero. Posteriormente, comenzó a trabajar en una fábrica de calzados, lo que le dio la oportunidad de aumentar sus conocimientos y especializarse, gracias a los cursos técnicos y seminarios que le ofrecieron con personal europeo.
Por muchos años, Pedro fue el responsable de toda la planta de producción, pero por cosas del destino, la fábrica tuvo que cerrar. Sus habilidades y conocimientos son muy valorados, es por ello, que desde hace tres meses, volvió al mundo de los calzados, y ahora trabaja para un taller de producción de zapatos. El mantenimiento de su casa y de sus dos hijos, lo ha logrado con su trabajo y empeño por ser mejor.
Pedro nos cuenta que para hacer un buen calzado, se requiere de una buena piel y buena mano de obra. "En Panamá no hay piel de calidad para hacer un buen zapato, hay que importarla", explicó.
Desde joven, Pedro destacó por su habilidad y aunque a lo mejor nunca pensó en convertirse en un experto en calzados, ese fue el primer oficio que conoció y es por ello que asegura que en Panamá hay muchas cosas que hacer "lo que hay es que buscarlas y meterse a aprender", dijo.
TODA UNA VIDA
Pedro trabaja en la elaboración de calzados desde los 14 años. Asegura que las pieles más finas son las de culebra y cocodrilo.
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