Los niños la adoran porque es muy atenta y cariñosa. (Foto: Jesús Simmons / EPASA)
Jesús Simmons
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Su pasión son los niños. Es por eso por lo que Meibis Velásquez, sin pensarlo, escogió la difícil profesión de ser maestra.
A sus 23 años Meibis, lleva 5 años laborando como docente en una de las áreas más apartadas del país: El Nance de Riscó, ubicada en la provincia de Bocas del Toro.
Cuenta la docente que le gusta trabajar en las áreas más apartadas, porque los niños son muy obedientes e inocentes, además de que se comparte mucho con la naturaleza. "A pesar de que no gano mucho dinero me encanta mi trabajo porque puedo ayudar a niños muy pobres que vienen a la escuela sin zapatos, eso llena mi corazón y es mi mayor paga".
Para desplazarse desde su casa en Changuinola a la escuela invierte B/.6.00 diarios, a pesar de que el Ministerio de Educación (MEDUCA), les entrega un viático mensual para transportarse, sin embargo, eso no alcanza por lo que muchas veces debe poner de su salario.
Agrega que en la comunidad donde imparte sus clases se vive la pobreza extrema, por lo que la mayoría de las veces los niños van a la escuela sin zapatos, y con el estómago vacío, es por esto por lo que en los recreos evita comer delante de los niños para que no se vayan a sentir.
Mientras existan maestras dedicadas y desinteresadas por lo económico como Meibis Velásquez, habrá muchos niños panameños humildes que llegarán a ser profesionales y así saldrán de la pobreza en que viven.
ESCUELA
La escuela donde trabaja esta educadora es de madera, pero la Compañía AES Changuinola, le está construyendo una de bloques.