Nunca se rinden. Goles de Hugo Ibarra y Fernando Morientes levantaron ayer de la lona al Mónaco, al remontar un marcador adverso para empatar a dos en el campo del Chelsea, y se clasificó a la final de la Liga de Campeones.
Chelsea, que había perdido 3-1 el choque de ida hace dos semanas, salió como tromba y se puso adelante 2-0 en su estadio Stamford Bridge.
El islandés Jesper Gronkjaer y Frank Lampard habían adelantado al Chelsea con sus tantos a los 22 y 44 minutos, respectivamente, y que presagiaban una goleada fulminante.
Pero el Mónaco volvió a sacar su casta de equipo que nunca se rinde. El argentino Ibarra logró desconetar en el alargue del primer tiempo, mientras que el español Morientes, la figura indiscutida del equipo del principado, marcó el gol de la igualdad a los 60.
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