Martín Torrijos aceptó ayer el puesto de Presidente de la República, durante un acto en el que dejó claro que su gobierno será muy distinto al de su padre, el general Omar Torrijos,.
Para que no quedaran dudas dijo: "Han quedado atrás para siempre los días cuando los políticos recurrían a las fuerzas armadas para dirimir sus diferencias e inclinar la balanza". Además, prometió que, aunque tratará de convencer a la oposición, tolerará sus ideas contrarias, y no autorizará la persecución política.
"El mandato que se me ha dado es para actuar dentro de la legalidad, y con respeto a los derechos humanos", dijo Martín, en clara alusión a la manera dictatorial como actuaron su papá y los otro militares que gobernaron en el país durante 21 años.
Torrijos también prometió reformas constitucionales, en las que le dará plena autonomía financiera al Tribunal Electoral para que pueda seguir garantizando elecciones libres y transparentes como las actuales.
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