Martín Torrijos es quizás el hombre más admirado y hasta envidiado de Panamá. No es raro. Acaba de convertirse en presidente electo. Sin embargo, también es el hombre que más responsabilidad tiene sobre sus hombros en este momento. No es lo mismo ganar la Presidencia de la República por un caudal de votos aceptable, que ganarla de manera arrolladora. Él lo hizo, lo que significa que el pueblo ha puesto sobre él muchas expectativas y espera, en consecuencia, demasiado de él, lo que puede ser muy abrumador para el nuevo presidente. A mayor cantidad de votos recibidos, mayor responsabilidad recae sobre él, y mayor compromiso debe sentir hacia sus seguidores. Esperemos que lo comprenda así y actúe en consecuencia.

Eso significa que por nada del mundo debe fallar, al contrario, es necesario que se engrandezca con sus obras y su trabajo.