Recordado, tras 14 años de su muerte

Vielka Cádiz Franco | DIAaDIA

¡Por siempre!

Han pasado 14 largos años desde aquel fatídico día en que Rommel Fernández Gutiérrez pereció, y el nombre de esa gran "estrella" del fútbol panameño aún sigue presente en la mente de quienes siguieron de cerca su carrera, como de aquellas generaciones que en aquel momento empezaban a crecer e incluso las que aún no habían llegado a este mundo; mismas que hoy en día se esfuerzan por emular las grandes hazañas que alguna vez él hizo en el balompié del exterior.

El "Panzer", como denominaron a este habilidoso delantero por su potente remate de cabeza, nació un 15 de enero de 1966, en el seno de una humilde familia residente en el populoso barrio de El Chorrillo.

Sus primeros pasos en el balompié los dio precisamente en las ligas infantiles del vecino sector de Plaza Amador, donde jugó varios torneos. De allí pasó al Atlético Panamá, siendo ya un adolescente de 15 años, para luego hacerlo en el club Alianza.

Su historia por Europa comenzó en 1986, cuando viajó con 20 años a Tenerife para jugar en el II Campeonato Mundial de Fútbol de la Emigración, donde se destacó, al ser el segundo máximo goleador. Esta situación llamó la atención de los directivos del certamen, y en poco tiempo Rommel fue fichado por el club Tenerife para el equipo de segunda división, con el cual anotó ocho goles durante la primera temporada.

En la segunda temporada el panameño explotó con 19 formidables anotaciones que filtraron al modesto equipo del Tenerife a la Primera División de la denominada "mejor liga de fútbol del mundo".

En dicha instancia, el "Panzer" se convirtió en titular indiscutible del Tenerife, y allí siguió demostrando a toda Europa su extraordinaria calidad de delantero.

Este chorrillero de nacimiento, se caracterizó por ser un cabezeador nato, remataba con potencia balones que cualquier otro futbolista tocaría con las piernas, ya que como una vez confesó "se sentía más cómodo así".

La carrera de Rommel en el modesto Tenerife se tornaba cada vez más exitosa, y fue así como en la temporada 1990-1991 el reconocido club Valencia lo fichó. Sin embargo, su paso por allí no fue muy alentador, pues el técnico en ese entonces, Guus Hiddink, no le brindó su confianza y tampoco le dio muchos minutos de acción.

En vista de la situación, el nuevo "ídolo" del fútbol nacional fue cedido al Albacete y allí volvió a brillar, al convertir siete goles en 18 partidos. Dichas estadísticas le permitieron echarse al bolsillo a la afición manchega, pero lamentablemente ocurrió lo inesperado en momentos en que la vida aún le sonreía.

Aquel 6 de mayo de 1993, Rommel Fernández había salido de un almuerzo con la plantilla del Albacete y se dirigía en su Toyota Celica rojo por la carretera Tinajeros en compañía de su primo, cuando su carro salió del asfalto estrellándose contra un árbol que puso fin a su vida.

La noticia sobre su muerte corrió como pólvora en España y por supuesto en todo el territorio nacional.

Los restos del "Panzer" fueron traídos desde el viejo continente, para luego ser enterrados en el Cementerio Manuel Amador Guerrero de la capital de Panamá.

Cada año, la afición de Tenerife le rinde homenaje el día de su muerte en el estadio de la localidad, mientras que en Panamá las autoridades deportivas realizan una romería a su tumba, como la que se ha programado para las 8:00 a.m. de hoy.

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