Nada Zabet, una mujer egipcia pionera en su país a favor de los derechos de los niños con retraso mental, espera recoger este año el Nobel junto a sus 999 compañeras de la iniciativa Mil Mujeres para el premio Nobel de la Paz.
Zavet, fundadora de la Asociación Pueblo de la Esperanza, en la zona de Borg El- Arab al oeste de Alejandría, es la única egipcia entre las 53 mujeres árabes incluidas en la lista.
Su odisea empezó hace 25 años cuando dio a luz a su hijo Maged, con graves retrasos mentales. El niño, de aspecto físico aparentemente normal, tenía problemas con todos los sentidos, excepto el oído.
"El mayor impacto de mi vida fue cuando descubrí que mi hijo era retrasado mental. Nunca pensé que gracias a él, podría ser galardonada con un premio Nobel", reconoció Zabet a la cadena noticiosa EFE
Aún sorprendida y alegre por la designación, fue entonces cuando comenzó un largo camino que ella recuerda como difícil y lleno de dolores.
"La mayor dificultad que afronté fue la ignorancia de la gente y su incapacidad para diferenciar entre un retrasado mental y un enfermo psíquico", admitió Zabet.
Junto a Murad, su marido, Zabet comenzó entonces a tocar todas las puertas en Egipto, Europa y Estados Unidos en busca del mejor tratamiento para que Maged creciera como un niño normal. Su perseverancia, su amor por Maged y su preocupación por todos los niños con problemas similares, cristalizó en el año 2000 con la fundación de Pueblo de Esperanza.
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