En una sola cama. Mientras los políticos se gastaron millones de dólares en sus campañas electorales, en calle novena de Pueblo Nuevo, Jackeline Van Horne y sus cuatro niños viven en la miseria dentro de un viejo caserón.

Al entrar a esta casona el panorama es deprimente, pues se observa un techo lleno de huecos, sillones viejos, una estufa, y una cama en donde madre e hijos duermen, literalmente, uno encima del otro.

Por si fuera poco, el techo de la vivienda solo basta echarle una mirada para ver la cantidad de huecos que tiene, por lo que en invierno llueve más adentro que afuera.

Víctor Van Horne, de 7 años; Karenina Zapata, de 5; Melisa Zapata, de 3 y Jackeline Kawamo, de un año, comparten con los ratones lo que se le puede llamar hogar, con la única esperanza de tener un mañana mejor. El esposo tampoco labora y realiza uno que otro "camarón".

Ante la falta de un trabajo, Jackeline sufre mucho, porque conseguir algo de comer para darle a las criaturas se convierte en una verdadera aventura.

PODRIDA

La casa donde vive Jackeline con sus hijos está toda podrida, por eso, en cualquier momento se puede caer.