Los feligreses panameños también comentan el escándalo no visto del famoso sacerdote Alberto Cutié, a quien hace poco lo descubrieron con una mujer en una playa de Miami. Gran parte de la sociedad eclesiástica de Panamá estima que el padre Alberto no debió tener esta actitud, ya que era un ejemplo. Pero, como en todo existe una contraparte, otros católicos consideran que "el padre Alberto, no por ser sacerdote, no tiene debilidades, sentimientos y como todo hombre tiene sus necesidades y una de esas es sentir deseos por el sexo contrario". Otros parroquianos piensan que no hay que juzgarlo, pues hay que ser misericordiosos, como lo es Dios con todos los hombres. "No somos quién para señalar a alguien y decirle que es pecador", comentó una catequista que no quiso revelar su nombre en la Basílica Menor Don Bosco.

Para muchos, lo importante fue que el padre Alberto pidió perdón por lo ocurrido.