Un final no apto para cardiacos. El estadounidense Diego Corrales se levantó en dos ocasiones de la lona en el décimo round para poner fuera de combate en esa misma vuelta al mexicano José Luis Castillo, en uno de los repuntes más increíbles en la historia reciente del boxeo.
"Chico" Corrales, con dificultad para ver y aparentemente derrotado, se recuperó para implementar un ataque furioso que dejó al mexicano inerme en las cuerdas, recibiendo golpe tras golpe a la cabeza sin poder responder ninguno.
Finalmente el árbitro Tony Weeks intervino para detener la golpiza.
FINAL ELECTRIZANTE
El ojo izquierdo de Corrales estaba cerrado y el derecho hinchado cuando fue derribado de un zurdazo al principio del décimo episodio. Se levantó sólo para recibir otros dos izquierdazos y regresar a la lona.
El estadounidense se incorporó lentamente, apoyándose en sus manos y rodillas y poniéndose de pie cuando el árbitro iba en la cuenta de nueve. Cuando Castillo, sangrando de una herida profunda sobre el ojo izquierdo, avanzó para acabar de derrotarlo, Corrales le conectó un fuerte golpe de izquierda seguido de un derechazo que sorprendieron al campeón mexicano.
Reuniendo todas las fuerzas que le quedaban, Corrales fue tras Castillo y lo acorraló en las cuerdas, colocándole golpes intensos seguidos por dos ganchos de zurda que pusieron un fin abrupto a una batalla electrizante.
SUPER GUERRERO
"Demostré a los que no creían en mí de qué materia estoy hecho. Fue una tremenda victoria, de esas que pasan a la historia", declaró Corrales.
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