Eduardito: ¿Viste las peleas de Roberto "La Araña" Vásquez y Vicente "El Loco" Mosquera? Hace poco esos dos tigres vinieron por la redacción y hubiera querido que estuvieras aquí para estrecharles las manos. En ese momento pensé que sería bueno que hablaras con ellos, porque a su manera tienen mucho que enseñarnos.

Hijo, con su sencillez y pocas palabras, sé que Roberto y Vicente pueden demostrarnos que no importa que tan pobre sea uno, siempre se puede triunfar, y que cuando se llega a la meta no tenemos por qué llenarnos de vanidad, sino sólo sonreír y volver al gimnasio para no caer. Para gozar la alegría del triunfo hace falta disciplina, ganas de ser diferente y mucha capacidad de aguante: eso nos dirían esos dos campeones.

Viste que a "La Araña" le dieron guante parejo... ¡Pero él devolvió cada golpe! No se quedó con los brazos cruzados, quejándose o llorando. Terminó cansado e hinchado, pero se hizo campeón.

¿Qué decir de "El Loco"? ¿Te diste cuenta de que durante la pelea no le quitó la vista de encima al chinón musculoso que era el campeón? ¿Viste que nunca echó para atrás y que cuando el tipo lo tumbó, se paró mareado, con "las piernas de trapo", pero dispuesto a rifársela? ¡Y terminó tumbando al otro en el mismo asalto y ganando la pelea de aquí a Tailandia!

Hijo de mi corazón: Esos dos chicos nos enseñaron que la vida puede darnos golpes bajos, hincharnos los ojos a punta de puñetes francos o de tanta lágrima, arrinconarnos en un rincón o sacarnos el aire, y que aun así debemos levantarnos y darlo todo. Nos dieron también una lección básica: no le hagamos trampas a la vida y no le quitemos el ojo de encima al adversario o a nuestra meta.

Nos enseñaron, por fin, que hay que luchar por nuestros sueños. Y como Roberto besaba la foto de su padre cuando todo terminó, así te beso yo.