S in duda alguna, el Señor conoce tu mirada. Él sabe cuando has llorado y te sientes totalmente decepcionado de la vida y cuando las fuerzas te abandonaron y estás a punto de dejarlo todo, incluso tus sueños.
Dios tiene una salida y una solución a todos y cada uno de tus problemas. ¡Nada es imposible para Dios, nada es inalcanzable y nada es demasiado difícil!
Si te sientas triste, solo o desconsolado, eleva tu mirada al Señor y Él te dará lindas aves que te cantarán bellas melodías para que te sientas relajado, y por las noches, te regalará una lluvia de estrellas para que te acompañen.
Si estás enojado, desesperado u olvidado, eleva tu mirada hacia el Señor, Él te dará calma en la lluvia, y te acariciará el rostro con la fresca brisa y con los rayos brillantes de la luna.
Si te sientes defraudado, frustrado o engañado, eleva la mirada al Señor, disfruta de la fragancia y del encanto de la Palabra de Dios, ella elevará tus emociones y te dará la fuerza de los mares para que puedas continuar tu peregrinaje por la vida.
El Señor no te deja solo, te abraza, te cuida, te sostiene, y te regala manifestaciones de su amor en la flor, en la hoja, en la piedra y en el aire, y te da una razón de vivir.
Nunca olvides que el amor de Dios por ti es eterno, nunca se desvanece, no importa cuan profundo hayas caído o cuantos errores hayas cometido.
Dios te amó tanto, que dio lo mejor que tenía por ti, a Jesús, sacrificó lo más grande sin esperar nada a cambio, sólo por amor a ti.