Rolando Frazer y Mario Butler escribieron su historia: son ídolos y leyendas panameñas. Por eso tanto el pívot Jaime Lloreda como Danilo Pinnock no quieren ser comparados con ellos.
Cada atleta deja sus huellas por donde pasa. Esto lo están haciendo los panameños Jaime Lloreda del Atlético San Germán y Danilo Pinnock con los Capitanes de Arecibo en el Baloncesto Superior de Puerto Rico.
En su maletín, Pinnock relata que carga las dos cosas que lo hacen mejorar cada día más como persona y como jugador, una la vestimenta de su equipo, la otra es la insignia y uniforme de su selección de Panamá. Sus dos amores.
Pese a estar destacándose en el básquet del país caribeño, ambos jugadores no quieren que lo comparen a sus antecesores, Rolando Frazer y Mario Butler. " Son leyendas nacionales de Panamá, están en otro nivel", coinciden.
Hablar de estas figuras emblemáticas son pedestales muy altos y eso lo saben tanto Lloreda como Pinnock, pero su actual trabajo en la "Isla del Encanto" está dando sus frutos, tanto es así que la última edición del 1-15 de mayo, la revista de Baloncesto Superior les dedica, además de su portada, cuatro páginas en sus interiores bajo el título "Embajadores de Panamá en Borinquen".
LLOREDA Y PINNOCK DESTACAN
Tanto "La Mole Panameña" como Pinnock, cuentan con buenos números en la liga puertorriqueña. El pívot de 2.3 metros de alturas es el tercero en rebotes en la Liga, con 163 bolas atrapas, un promedio de 10.9 por partido y es el segundo en puntos anotados de su equipo con 217 tantos en 15 juegos.
Pinnock, quien cumple su segunda temporada con los Capitanes, también son positivas, es el tercero con balones robados de la Liga con 14 en 20 juegos y máximo anotador de su plantel con 217 puntos.
CAUTELA
Pese a tener buena temporada, tanto Pinnock como Lloreda hablan con mucha cautela, al referirse a sus antecesores.
El escolta de 6.5 pies de altura de Arecibo, argumenta que con tan solo mencionar su nombre junto a Frazer y Butler es un honor muy grande.
Las palabras del pívot del Atlético San Germán no dejan de ser diferentes, "ellos hicieron su historia, dejaron en alto el nombre de Panamá, ahora nos toca seguir con esa trayectoria".
"Son leyendas vivientes del básquetbol. Sin ellos, Panamá no tendría una historia en el deporte", sentenció Lloreda.
GLORIAS EN PUERTO RICO
Son glorias, figuras, leyendas. Butler y Frazer llegaron a la isla en 1980, el primero con el desaparecido Polluelo de Aibnoito y el segundo con los Titanes de Morovis.
Rolando Frazer con los Polluelos conquistó un título en 1986, jugó 21 temporadas. En cuatro promedió sobre 30 puntos, es el cuarto mejor en la historia con 12, 096, detrás de Butler con sus 12, 252 tantos, y fue el primero en quebrar la barrera de 1000 puntos en un año con 1035 en 1981. Butler, jugó 29 temporadas, ganó tres campeonatos con Morovis y uno con Santurce. Es el líder de todos los tiempos en rebotes del Baloncesto Superior con 8236.
"A mí me tocaba defender a otro jugador de la misma clase y estaba obligado a no sólo aportar mi cuota diaria sino a evitar que mi contrario se convirtiera en la fuerza dominante del juego. Tenía que jugar al cien por 40 minutos, sin descanso muchas veces, porque no tenía un reemplazo de igual calidad", sentenció Butler.
El esfuerzo del ex jugador de Morovi siempre es reconocido, al hablar sobre su tiempo como atleta argumenta que "era a palo limpio, a codazos y empujones contra el grandote del otro equipo", pese a todo eso Butler brillo siempre con luz propia, sin dejar de mencionar a otros como "Tito" Malcolm y Adolfo Medrick, entre otros.
DISPUESTOS A LUCHAR POR PANAMA
Como agua en tinaja, clara y transparente, así son las palabras de Lloreda y Pinnock, cuando se les cuestiona sobre la posibilidad de vestir la camiseta de la selección de Panamá.
Al igual que su antecesores, Frazer y Butler, las actuales figuras no tienen ningún tipo de duda cuando se les cuestiona sobre la posibilidad de vestir la camiseta de la selección de Panamá. Allí son iguales.
Lloreda reconoce que Frazer y Butler son ídolos, que ya que escribieron su historia, pero que existe algo que los une y distingue. Y es jugar por Panamá. "No importa donde juegue, cuando Panamá me llame ahí estaré. Mi bandera y mi patria son primero", sentecia Lloreda.
Las palabras de Pinnock no dejan de ser menos, cuando dice "tener una responsabilidad con su país". El jugador de Arecibo hace memoria por haber vivido fuera de Panamá debido al cargo militar de su padre, siempre añora a su país y recuerda su identidad, una mezcla de sangre hispana, madre jamaiquina y costumbres americanas, pero sobre todo se considera panameño, "un país que lleva en el corazón".