Estimada Cristina: Ahí te envío la lista de "objetos comunes" que me pide tu abogado para poder divorciarnos.
Cosas que deseo conservar: - La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina. - El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra. - El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar. - La mancha de rimel que dejaste en mi camisa. - La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho. Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel. - Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. Cosas que tú puedes conservar: -Los silencios. - Aquellos besos tibios e indiferentes, cuyo ingrediente principal era la rutina. - La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío. - Las náuseas que trepaban por mi garganta cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él. - Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca tuvimos. Con respecto al coche, la casa, etc. puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo, sólo son eso: objetos. Por último, te recuerdo el n º de teléfono de mi abogado (.......) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se pongan de acuerdo. Afectuosamente, Roberto.
NOTA: Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor.
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