La herida que sufrió Ana Pascal fue de muerte... una herida producida por la puñalada de la injusticia que la ha despojado de lo que logró con mucho sudor, sangre y sacrificio hace cuatro años atrás para su difunta madre: el campeonato del mundo.
Sin embargo, Pascal, luego de estar ayunando durante tres días y pidiéndole con fe a Dios, ya se siente aliviada de ese dolor y hoy más que nunca ha tomado fuerzas para mover cielo y tierra, con tal de volver a ser reconocida por la WIBA (Asociación Femenina Internacional, en inglés) como lo que era antes, la campeona del mundo de las 140 libras.
"Si tengo que ir a los derechos humanos o adonde el defensor del pueblo para que se me haga justicia, lo haré", dijo ayer Pascal desde su residencia en La Magnolia en San Miguel. "Tendrán que matarme para quitarme el título, porque digan lo que digan, yo seguiré siendo campeona del mundo. Aún nadie me ha quitado mi título arriba del cuadrilátero".
Pascal, originaria de la provincia de Colón, se refirió a las razones por las que piensa que fue desconocida como monarca mundial.
"Hasta el momento no he recibido ninguna notificación por parte de la WIBA de que no soy campeona. Lo único que tengo es una información de Internet donde no aparezco como monarca ni mucho menos estoy clasificada", comentó Pascal, quien agregó que "me despojaron del título porque soy huérfana y siempre he sido víctima de injusticias. No creo que me hayan desconocido por no pelear, porque esa no ha sido mi culpa. Nadie quiere pelear conmigo, siempre he estado dispuesta a defender mi corona".
PROMESA DE CORAZON
A pesar de todas las adversidades, Pascal mantiene viva la esperanza dentro de su corazón, anhela cumplir algún día lo que una vez le prometió a su madre.
"Me metí al boxeo para algún día ser campeona del mundo y así poder defender mi corona en Estados Unidos, donde se encuentra la tumba de mi madre. El título lo logré, pero ahora me lo quitan.
Te digo algo... nada ni nadie va a impedir que yo pueda cumplir ese sueño de visitar a mi madre y entregarle la corona que con tanto sacrificio alcancé para ella", precisó con voz quebrantada Pascal.
|