Danza sabrosa

Evidelia Velásquez | DIAaDIA

En nuestro país, existen diferentes culturas indígenas que aún luchan por conservar sus raíces, mostrando la calidad de danzas y costumbres ancestrales que los identifican.

La mayoría de las danzas indígenas en el ámbito mundial, son de origen religioso; era su forma de rendirle culto a sus dioses como el sol, la luna, la tierra, entre otros; las de Panamá no escapan a esta verdad.

Una de estas danzas es la Wará Druchi o danza del carocolito, que es bailada tanto por hombres, como niños y mujeres.

DANZA

Esta danza muy sencilla consiste en usar unas maracas hechas por ellos mismos; su base es un calabazo con un mango, al cual se le echan semillas para que, al agitarlas, suenen.

Cada uno de los bailarines lleva una maraca en la mano derecha, con la otra abraza a su compañero o compañera.

Los bailarines comienzan a girar con un paso rítmico hacia atrás, y al son de cada paso, suenan las maracas, que emiten un sonido parecido a los de las culebras de cascabel.

Durante la danza, los participantes no emiten sonidos, sólo se escuchan los pasos y las maracas; a medida que van danzando, ellos van haciendo un caracol, que luego se abre y vuelve a cerrarse.

Ésta es una danza indígena de la región de Bocas del Toro. El grupo de bailarines de las fotos son los niños de la escuela Nueva Estrella en la Rambala en Chiriquí Grande, Bocas del Toro.

Ciudad de Panamá 
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