Tener un buen corazón y buenas manos. Esos son los únicos requisitos que se necesitan para pertenecer a una de las instituciones más loables que tiene el país, como lo es la Cruz Roja Panameña.
Su director general, José Béliz, no vaciló en afirmar que la institución que dirige va mucho más allá de poner una simple curita.
La verdad es que el director no está equivocado, porque el equipo de DIAaDIA tuvo la oportunidad de conocer algunos de los proyectos que manejan y ver la importancia que tienen para la sociedad.
Uno de estos proyectos, y quizás el más impresionante, es el Hogar del Niño y la Niña Nuestra Señora del Carmen, donde albergan a niños que son abandonados por sus padres.
Sólo bastó una visita al hogar para conocer la labor de amor que realiza el personal de este centro por estos niños, que no pidieron venir al mundo a sufrir por los errores que cometieron sus padres.
La profesora Irene Barría es quien administra el hogar y explicó que tuvo sus inicios en los años 60 en la avenida Ancón, específicamente en el edificio donde están los socorristas de la Cruz Roja de Santa Ana.
Explicó que se fundó por la necesidad que había de que un ente se encargara de los niños que eran abandonados por sus padres en los callejones
En la década del 70, el hogar se mudó al distrito de San Miguelito y en un principio funcionaba como Centro de Salud, en donde se vacunaba a los niños y se atendía a todos los residentes.
El hogar tiene capacidad para albergar hasta 30 niños, pero en la actualidad tienen 17 pequeñines. Además, en sus instalaciones funciona el Centro de Orientación Infantil y Familiar (COIF) de la Cruz Roja, en donde se atiende a niños del distrito cuyos padres trabajan.
A diferencia del COIF, los niños que están en el albergue han sido encontrados dentro de basureros, matorrales, o simplemente las mamás dejan direcciones falsas en los hospitales.
Los chiquitines sólo pueden estar en el hogar hasta los cuatro años, por eso, muchos son dados en adopción, no sin antes cumplir con todos los requisitos que exige la ley.
La mayor satisfacción de la administradora y las tías del hogar es cuando los niños son adoptados y sus nuevos padres les ofrecen el hogar y el amor que sus padres biológicos les negaron al nacer.
El momento de la adopción es el más difícil, porque es tan grande el amor que tienen los niños por el personal del hogar, que se hace difícil el momento de la separación.
Una de las tías que más sufre cuando un pequeñito se va es Plácida Sánchez, quien lleva dos años cuidando a los nenes, pero antes trabajaba en el hogar de ancianos de la Cruz Roja.
Con cuatro hijos y 11 nietos, a esta incansable mujer aún le sobra mucho amor para darle a los bebés del hogar a los que baña, les da la comida y les lava la ropita.
De su trabajo dijo sentirse muy orgullosa porque su mayor recompensa es el cariño que le brindan los niños y saber que cuando crezcan, la llevarán en sus corazones.
Las personas que quieran solicitar los servicios del COIF, pueden llamar a los teléfonos 267-1595. Allí se cobra una mensualidad de B/. 40.00, por el cuidado de cada niño.
CRUZ ROJA SANTA ANA
Por el deterioro que presentan las instalaciones del edificio de Santa Ana, donde funcionan los socorristas de la Cruz Roja, serán entregadas al Gobierno, dijo Béliz.
A cambio del edificio de Santa Ana, el Gobierno, por medio de un canje, ayudará a ampliar las instalaciones de la Cruz Roja que están ubicadas en Albrook.
Sin embargo, la presencia de los voluntarios de la Cruz Roja en el área no desaparecerá del todo, porque se mantendrá como un comité más pequeño en donde se atenderán los problemas de la comunidad.
Uno de los grandes problemas que tienen los socorristas en Santa Ana es que el barrio es una zona roja donde operan diferentes pandillas, lo que pone en serio peligro la vida del voluntariado.
Según el director, aún van a permanecer en el sector trabajando y desarrollando los programas de la no violencia que tienen en la comunidad para minimizar esa problemática.
Béliz afirmó que, cuando tomen la decisión en forma conjunta con el Gobierno, podrían irse del barrio y dejar las instalaciones, lo que puede ser en cualquier momento.
LA BERRAQUERA
Uno de los orgullos más grandes que tienen los voluntarios de la Cruz Roja es la potabilizadora portátil de agua a la que han bautizado con el nombre de "la berraquera".
La potabilizadora portátil fue donada por la Cruz Roja de España, y tiene un costo aproximado de 80 mil dólares. La importancia de este equipo es que tiene la capacidad de purificar 45 mil litros de agua si trabaja 24 horas continuas.
De esta clase de potabilizadora sólo hay cinco en la región Centroamérica, para ser más exactos, hay dos en México, dos en El Salvador y una en Panamá. El voluntario que opera la máquina tuvo que ir a tomar un curso de 15 días a España para aprender a operarla.
El es Erick Valdés, quien explicó que estuvieron en las inundaciones que se registraron en noviembre del año pasado en Bocas del Toro y Chiriquí, donde se purificaron por 22 días continuos 30 mil litros diarios.
REFUGIADOS
Otra de las facetas de la Cruz Roja es el trabajo que realizan con los refugiados colombianos, que han sido desplazados de sus tierras por el conflicto interno bélico que tiene el vecino país.
José Béliz explicó que se hicieron dos centros en las comunidades de El Real y en Boca de Cupe, que asiste no sólo a refugiados, sino a las comunidades de Darién.
Aclaró que el proyecto se hizo para los refugiados que venían de Sudamérica y caían en esa frontera, y más bien era una guía para que reglamentaran su situación migratoria en el país.
En estos centros, la Cruz Roja apoya a los refugiados con la educación de sus hijos, alimentos, salud y ayuda humanitaria, mientras arreglen su situación laboral en el país y puedan trabajar y ganarse su sustento.
Aunque no es un trabajo nada fácil, Béliz expresó que los voluntarios de la institución que él dirige desarrollan una labor importante con los refugiados en Darién, para que lleven una mejor calidad de vida.
Estos proyectos son convenios que la Cruz Roja mantiene con la ACNUR, que es la agencia de las Naciones Unidas (ONU), para los Refugiados y para la cual se destinan hasta 200 mil dólares al año, explicó.
FUNDADOR
El 8 de mayo de 1828 nace en Ginebra, Zuiza, el fundador de la Cruz Roja Internacional, Henry Dunant, quien sintió la necesidad de ayudar luego de presenciar la batalla de Solferino, un pueblo al norte de Italia, ocurrida el 24 de junio de 1859. En esa batalla cayeron 40 mil soldados, entre muertos y heridos.