Mi hija comenzó exámenes bimestrales el viernes. Siempre la noto tensa, nerviosa y la ansiedad se apodera de ella mientras duren las pruebas.
Ese viernes me dijo algo que me sorprendió: "hoy me siento tranquilla porque no necesité estudiar hasta tarde. Como estudié todo el bimestre, ahora no tuve que 'matarme' comiendo libro".
¡Ese es el quid del asunto! No es necesario que se conviertan en ratones de biblioteca para que salgan bien en un examen. Sólo tienen que ponerle ganas y estudiar un ratito cada día.
Nadie les pide a los estudiantes que no hagan otra cosa que "pilar". ¡No! Para enfrentar su vida futura no es necesario que todo lo aprendan de memoria. Más importante es que tengan capacidad de análisis, que usen el sentido común, que se adapten a los cambios, que se actualicen en la profesión que elijan y que amen lo que hagan.
Para salir bien en los exámenes no hay nada mejor que estudiar en grupo y repasar los apuntes con tiempo (un poco cada día) para llegar a la prueba tranquilos, seguros y con cero estrés.
Me imagino, jóvenes, que sus padres les prohibirán salir durante estos días. Lo mejor que pueden hacer es obedecerlos. Sólo es una semana y unos días. No se van a morir por eso, pero sí obtendrán la mejor recompensa: una buena nota y una gran satisfacción por el deber cumplido, además del orgullo de sus padres por tener en sus casas al mejor de los hijos.