Los jugadores del Real Madrid descansaron ayer. En otras ocasiones, este "reposo" no sería noticia. Pero en las circunstancias actuales, más que una noticia es la constatación de una realidad: el equipo blanco está roto física, mental y anímicamente.
La última prueba de la enfermedad se registró el sábado en el Santiago Bernabeu. Con el título de Liga en juego, el Real, que por sus espectaculares actuaciones se había ganado meses atrás el calificativo de "galáctico", fue incapaz de ganarle al Mallorca, un equipo que lucha por evitar el descenso.
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