Horrendo intento de homicidio. Así lo catalogan los residentes de calle primera Villa Luchín al encontrar a un recién nacido en la letrina de la casa 225-B, el lunes, después del mediodía. Carlos Galindo, dueño de la casa, indicó que fue una de sus nietecitas la que avisó a su esposa Ana María de los llantos del menor en la letrina, al vaciar su "bacenilla". Luego, Ana María pidió ayuda a su vecino Máximo Valdés. Éste se llevó la sorpresa de que era un bebé recién nacido con placenta y cordón umbilical, por lo que procedió a levantar la taza de la letrina para auxiliar a la criatura, mientras se alertaba a los bomberos.
Valdés expresó que no se atrevió a levantarlo, pues pensó que el niño se le iba a morir en sus manos, por lo que prefirió esperar a los bomberos. "Fue muy triste ver a ese niño entre la materia fecal y, peor aún, al verle parte de su cuerpecito quemado y pasándose la manito en su carita como pidiendo ayuda", sostuvo Valdés. Los testigos oculares estiman que la madre del menor intentó quemarlo con gasolina, pero la humedad no lo permitió y dijeron que no conocían a ninguna mujer embarazada en el área. En tanto, Galindo explicó que el niño quizá se salvó al quedar encima de una llanta que fue lanzada al hueco de la letrina cuando se construyó; además de que la letrina está casi llena.
Los vecinos consideran que ese niño sobrevivió tanto tiempo en la letrina por obra de Dios.
NO VIO NADA
Galindo usó la letrina a las 6:30 a.m., escuchó los llantos, pero no le dio importancia.
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