Los bebés tienen un deseo natural de chupar, por eso una de las maneras más comunes en que se calman es chupándose el dedo y por lo general, comienzan a los 3 meses de edad.

La mayoría de las veces lo hacen cuando están cansados, aburridos, enfermos o enojados o cuando no están usando las manos para jugar. Un niño puede chuparse uno o varios dedos o el puño en vez del pulgar.

Tenga presente que los niños que se siguen chupando el dedo después de los 4 años de edad con frecuencia han tenido peleas con uno de los padres que trató de hacerle parar. Hay que tener presente, que el niño debe dejar de chuparse el dedo antes de que le salgan los dientes permanentes (a los 6 ó 7 años de edad), porque se puede producir mordida invertida. Otra es para evitar que los compañeros se burlen de ellos. Para cuando llegue la adolescencia, la mayoría de los niños lo han dejado.

Es importante que llame al médico si:

• Su hijo tiene problemas emocionales.
• Los dientes permanentes parecen torcidos.
• El maestro de su hijo ha expresado inquietud, porque se chupa el dedo en clase.