Triunfos baladíes, falsa felicidad, placer cimentado en pisotear a los demás, afán de tener, tener y tener...

Eso es lo que persiguen Valentina, Martina, Elvira..., en "Gorditas", la obra que se presenta bajo la dirección de Arturo Wong Sagel, en el teatro La Quadra.

Pobrecitas. En el fondo, son presas de sus miedos e inseguridades, de los estereotipos, porque han caído en la trampa de los medios masivos de comunicación y la publicidad que dicen que para ser exitosas, famosas y queridas hay que ser bellas y delgadas.

La obesidad es vista no como algo peligroso para la salud, sino como un estigma.

Conseguir ser las primeras, las que más se destacan, vender, vender y vender, no importa si tienes que barrer con quien se interponga en tu camino, eso es la verdad última, la meta de cuatro mujeres.

Cuatro mujeres de no tan fina estampa, pero que quieren llevarse premios, lucirse, se ponen zancadillas a más no poder.

Egoísmo y envidia son los platos de cada día.

La hipocresía no podía faltar en esta pugna de estas "profesionales", que van en una carrera loca haciendo y deshaciendo, por "ser la Nº 1", por brillar. Brillo aparente y que mengua esta carencia de valores, pero que no les resta bríos para seguir adelante en su batalla. Batalla que aunque piensen que ganan, en el fondo, todas pierden. Por falsas y por no tener criterio propio para escapar del bombardeo publicitario, afincarse, encontrarse a sí mismas, dejar de ser títeres de los demás y de las circunstancias.