Cruel asesinato


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La familia de don José está consternada. Él era veragüense y tenía diez hijos.

Foto: ROBERTO BARRIOS/ ALEXANDER SANTAMRIA

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    La familia de don José está consternada. Él era veragüense y tenía diez hijos.

    Foto: ROBERTO BARRIOS/ ALEXANDER SANTAMRIA

  • Cruel asesinato

    Este es uno de los nietos de don José.

  • Cruel asesinato

    Aquí, donde ocurrió el homicidio.

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    La familia de don José está consternada. Él era veragüense y tenía diez hijos.

    Foto: ROBERTO BARRIOS/ ALEXANDER SANTAMRIA

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    Este es uno de los nietos de don José.

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    Aquí, donde ocurrió el homicidio.

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    La familia de don José está consternada. Él era veragüense y tenía diez hijos.

    Foto: ROBERTO BARRIOS/ ALEXANDER SANTAMRIA

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    Este es uno de los nietos de don José.

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    Aquí, donde ocurrió el homicidio.

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    La familia de don José está consternada. Él era veragüense y tenía diez hijos.

    Foto: ROBERTO BARRIOS/ ALEXANDER SANTAMRIA

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    Este es uno de los nietos de don José.

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    Aquí, donde ocurrió el homicidio.

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    La familia de don José está consternada. Él era veragüense y tenía diez hijos.

    Foto: ROBERTO BARRIOS/ ALEXANDER SANTAMRIA

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    Este es uno de los nietos de don José.

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    Aquí, donde ocurrió el homicidio.

Carolina Sánchez P. - DIAaDIA

Sus pasatiempos eran leer la Biblia y labrar la tierra. Desde hace cuatro años, José De La Cruz Arena Morales, de 75 años, tenía una parcela de terreno donde sembraba maíz y otros rubros, por lo que todos los días, desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p.m., permanecía cuidando sus cultivos. En los momentos de descanso, las fuerzas las reponía leyendo la Biblia sentado en una hamaca, afirmaron los familiares.

El jueves a las 6:00 p.m., la familia de don José se desesperó al ver que él no llegaba a su casa, ubicada en Nuevo México N.°2, por lo que procedieron a llamar y buscar en el resto de las casas de familia, pero él no aparecía.

A uno de los hijos le dio por ir a la parcela donde don José tenía un rancho, en el sector de El Tecal en Caimitillo, y encontró a un costado de la casa el cuerpo de su padre, boca arriba con múltiples puñaladas en el tórax, y junto a él la Biblia toda destruida con un machete clavado en la tierra. Al cuerpo le tiraron azufre.

“Creemos que a mi abuelo lo mataron en la mañana, porque cuando cayó la lluvia ya lo habían matado, porque el aguacero borró la sangre”, dijo José Arena, nieto de la víctima.

Ayer, las unidades de la Policía Nacional detuvieron a un hombre que se presume está implicado en el crimen.

 
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