A veces, el decir una mentirita para distorsionar la realidad, podría llevar a una persona a volverse un mitómano; pero lo peor es cuando uno trata de engañarse a sí mismo. Cuando uno se engaña demasiado a sí mismo, corre el riesgo de perder la perspectiva de la auténtica realidad y la identidad propia. Es la crítica interna la que hace que las personas se mientan en mayor o menor medida.
FASES:
Represión: La persona inhibe sus deseos para ser aceptada por los demás.
Racionalización: Se utiliza buscando excusas convincentes para tapar los verdaderos motivos e impulsos.
Proyección: Se sospecha que el otro es de una manera determinada, según lo que se niega de uno mismo.
La negación y la inversión: Implican el rechazo a aceptar las cosas tal y como son.
Aislamiento: Se realizan actos sin pensar en ellos, para no tener que afrontar unas consecuencias negativas.
Inatención selectiva: Consiste en no ver lo que desagrada.
¿QUIENES SE MIENTEN?
Es habitual que quienes tienen una baja autoestima sean los que más evitan ver lo evidente. Estas personas suelen crearse una versión más aceptable sobre sí mismos en relación con dos conceptos: el aspecto físico o su capacidad personal. El grado de engaño es mayor cuanto más negativa es la crítica del individuo hacia sí mismo.
¿COMO SUPERARLO?
Ser sincero con uno mismo ayuda a abandonar el engaño y a enfrentarse a los problemas con las facultades mentales íntegras. Esta es la única manera de superarlos.
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