Huecos y más huecos

Conductores que transitan por la vía Frangipani, se quejan de que está en pésimo estado. Tanto, que ya ningún carril puede ser usado para evadir otro. Todos están llenos de cráteres. Peor aún, justo donde está el semáforo frente a la entrada del estadio Juan Demóstenes Arosemena, la tapa de una alcantarilla brilla por su ausencia. Cualquier auto que caiga allí, es pérdida total. Y al cruzar el semáforo, hay un hoyo gigantesco, cuyo borde sobresale tanto, que los autos no pueden pasar sobre él. Deben desviarse, lo que puede causar un accidente. Los conductores se preguntan si en este país no hay una entidad responsable de velar por el buen estado de las vías, especialmente por una tan transitada, como la Frangipani. Una vez más, ¿qué pasa con el MOP?