"Mi embarazo fue normal y al año del nacimiento de mi primer hijo nos dimos cuenta de su pérdida auditiva". Enterarse de esta noticia fue una dura prueba para la señora Dilsa de Pimentel, sin embargo, ella acogió esa cruz con mucho amor y entrega.

SIEMPRE OPTIMISTA

Desde ese momento, Agustín Antonio Pimentel Escobar inició un batalla de superación para hoy cantar victoria.

Su madre recibió referencia para llevar a Agustín a la Escuela de Sordos del Instituto de Habilitación Especial (IPHE), donde estuvo estudiando por seis años. Esto la obligó a renunciar a su trabajo, donde estuvo por 14 años. Con mucha emoción y un poco nostálgica, Doña Dilsia contó que la primera palabra que Agustín pronunció a los cuatro años fue "jabón" y no "mamá o papá", como todo niño acostumbra.

"Sentí tristeza, pero la maestra Betty de Chea y el IPHE me dieron fuerzas para superarla", dijo.

SU TRAVESIA

Agustín estudió en la Escuela Manuel Amador Guerrero de Betania, donde fue puesto distinguido hasta tercer grado; luego estudió en la Escuela Ernesto T. Lefevre, donde la profesora Katherine Alvarado fue su gran apoyo, y obtuvo su bachiller en Comercio con énfasis en Contabilidad en el Instituto Comercial Panamá, de la mano de la profesora Marlen Sánchez.

La prueba de fuego había llegado. Agustín aplicó para hacer su práctica profesional en el Hospital San Fernando, donde se destacó y se adaptó tanto a su equipo de trabajo, que todavía está laborando en el Departamento de Contabilidad de este hospital. Hoy día, Agustín y Dilsa están agradecidos con Dios, por estos logros, principalmente por ganar experiencia laboral. Ahora Agustín sólo espera obtener una beca para terminar sus estudios universitarios, pues ya está en primer año y el contrato laboral se está venciendo.

ABNEGADOS

Especialistas informaron que el éxito de las personas con discapacidad depende del apoyo de los padres y el interés personal.