Llegaron casi destruidos y salieron como nuevos. Así fue como dejaron muchos muebles, los catorce panameños que desde hace tres meses estuvieron recibiendo clases de tapicería en el salón Rómulo Bethancourt de la Junta comunal de Mateo Iturralde.
LA EDAD NO ES OBSTACULO
Allí encontramos a la señora Lorenza Rojas, quien dijo que a sus 59 años se aventuró en tomar este curso, pues considera que nunca es demasiado tarde para aprender. Hoy día, se ha convertido en un ejemplo para muchos jóvenes de la comunidad, que se quedan de brazos cruzados ante la ola de desempleo en Panamá. "Una vez me inscribí en el curso, le puse alma y corazón a esta capacitación, por eso traté de no perderme ninguna clase", aseguró Rojas.
QUERER ES PODER
Víctor de Cruz, instructor del Instituto Nacional de Desarrollo Humano (INADEH), manifestó a DIAaDIA que estas personas están en capacidad de hacer almohadones, sillas residenciales, pieceros, reparar sillones, entre otras solicitudes que el cliente exija en materia de tapicería.
Comentó que algunos de sus estudiantes llegaron sin saber coser, pero lo aprendieron y hasta se les capacitó para administrar sus pequeñas empresas.
El instructor reveló que antes de finalizar este curso, ya habían alumnos que tenían una lista de clientes fijos y la mayoría hizo buenos trabajos para sus hogares. Otros muy visionarios incorporaron a sus familiares, esposos e hijos en su pequeño negocio, agregó.
Este curso no representó costo para los interesados. La Junta Comunal de Mateo Iturralde, en San Miguelito, anunció que en quince días estará iniciando el curso de cortinas y cenefas, el cual durará dos meses.
JOLGORIO
Para festejar la clausura de este curso, los alumnos compartieron un sabroso almuerzo y finalizaron con un brindis.
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