El Sevilla, aún de resaca tras adjudicarse el pasado miércoles la Copa de la UEFA, superó por 3-2 a un Barcelona repleto de suplentes que ya sólo vive para la final de la Liga de Campeones que disputará el 17 de mayo frente al Arsenal en París. El partido, que fue aplazado por la lluvia en la trigésima cuarta jornada, lo resolvió a su favor un Sevilla en racha, que todavía aspira a clasificarse para la próxima edición de la Liga de Campeones.
El equipo andaluz llegó a tener una ventaja de dos goles en la primera parte, pero el Barcelona reaccionó y empató antes del descanso.
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