Puñetazos por la vida. Esos son los que le ha tocado tirar en los 19 años que lleva de vida Everardo Castillo, un boxeador aficionado que sueña con triunfar en el deporte de las narices ñatas y las orejas de coliflor.

A su corta edad, entrena muy duro todos los días en el gimnasio Pedro "El Rockero" Alcázar, ubicado en el populoso barrio de Curundú, pues sabe que esa es la única manera de lograr sus metas.

La faena de este soñador empieza en la madrugada, para ser más exactos, a las cinco de la madrugada, hora en que sale a correr varios kilómetros por las carreteras de su natal Chepo.

Pero su día no acaba allí, porque luego se alista para estar a las 8:00 a.m. en el gimnasio donde lo espera su entrenador Rigoberto Garibaldi, quien es el encargado de enseñarle todos los secretos y las técnicas del boxeo.

En su corta carrera aficionada, este chico tiene la suerte de contar con un famoso y reconocido entrenador como lo es Garibaldi, que en su prístina hoja de vida ha sacado grandes campeones mundiales.

Campeones de la casta de los nicaragüenses Rosendo "El Búfalo" Álvarez y Ricardo "El Matador" Mayorga; además, campeones panameños como Carlos "El Púas" Murillo y Guillermo "El Felino" Jones han recibido sus orientaciones.

Ante tanta experiencia, Everardo se siente maravillado y entusiasmado a la vez, pues sabe que de la mano de este talentoso entrenador, algún día podrá alcanzar todas las metas que se ha puesto en este deporte.

Uno de esos sueños que tanto anhela desde que se inició como peleador es convertirse en campeón mundial de la división del peso gallo, es decir, de las 118 libras.

Sabe que ganando esa diadema mundial, vendrán las bolsas jugosas de dinero, con las que podrá comprarle la casa que tanto le ha prometido a sus padres, además de poder ayudar económicamente a sus hermanos.

AYUDA

Gracias al apoyo económico que recibe de su apoderado, puede asistir al gimnasio todos los días.