Los niños salen felices después degustar un sabroso menú. (Foto: ARNOLDO ZEBALLOS / EPASA)
Yulissa Madrid
| DIAaDIA
Cuestión de voluntad. A pesar de residir en una comunidad violenta, los moradores en Curundú valoran y ayudan la labor que realiza Elsa de Vega en el comedor infantil de la Iglesia Hosanna.
"Donde está la mano de Dios nada es difícil". Con esta frase, Elsa confía en que nadie en este populoso barrio podría hacerle algún mal mientras desarrolla esta labor, en la que se benefician unos 300 niños desde 1983.
DIAaDIA conoció que fue por iniciativa de un grupo de pastores de la Iglesia Hosanna que se logró construir este comedor.
Entre las satisfacciones que se han alcanzado por este medio es que de entre los niños beneficiados, actualmente algunos de ellos son abogados, médicos, pastores y otros tienen hasta sus propios negocios.
Durante la visita de DIAaDIA se observó que el menú era una porción pequeña, pero los niños disfrutaron de su comida y hasta las madres lograron degustar.
"Aquí yo puedo desayunar y almorzar", dijo una de las madres mientras daba de comer a uno de sus tres niños.
De acuerdo con la representante de Hosanna, no solo los niños son los beneficiados, pues también en este local se ofrecen cursos de repostería y cocina a las madres de Curundú.
Se conoció que este comedor recibe la ayuda desinteresada de miles de panameños. No obstante, aunque el alza de los productos de la canasta básica también ha hecho mella en este comedor, gracias a Dios, siempre existe algún buen samaritano que los asiste con donaciones.