Disfrutan trabajando. Luis, Rubí, Betzy, Analeili y Albert son cinco de los 75 estudiantes de la Escuela de Turismo de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá, quienes forman parte del grupo Los Membrillos.
En su tiempo libre, acuden al Parque Nacional Soberanía a realizar trabajos de mantenimiento y a la vez ganan experiencia para cuando en un futuro laboren como Guías Turísticos.
Desde inicio de este año, los jóvenes desarrollaron un proyecto de ayuda y después decidieron seguirlo por su propia cuenta, bajo la supervisión de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).
Una vez que los estudiantes trabajaron en el parque decidieron reparar los puentes, los barandales y limpiar los senderos, en especial el de El Charco, pero uno de los problemas es la poca cooperación de los visitantes quienes en algunas ocasiones dañan las reparaciones que ellos hacen.
Un vivo ejemplo fue cuando se entró al sendero, había una lata de cerveza, que inmediatamente recogió uno de los voluntarios.
Rubí Rodríguez, presidente de Los Membrillos, dijo que son dos objetivos que quieren lograr con los estudiantes: que aprendan a conocer la naturaleza para que tengan experiencia a la hora de trabajar, e invitar a las personas para que conozcan más del sendero El Charco en donde hay biodiversidad en la flora y la fauna.
RECORRIDO
Al entrar al sendero, música natural lo acompaña, pues el canto de las aves y de los grillos dan ese tono de relajación.
Rodríguez advirtió que antes de que toda persona recorra los senderos debe ir a notificarse a la caseta de la ANAM que está en el parque, para que estén anuentes y se sepa que están allí.
Luego, observar las normas como: no fumar, no hacer fuego, no llevar animales domésticos, botar la basura en los cestos, no se permite la caza, dañar las plantas, entre otras.
Al entrar, una acera de cemento con barandales que fueron arreglados por los estudiantes lo esperan para hacer más asegura la movilidad de las personas con discapacidad.
Al llegar a El Charco existe un área para merendar, leer y hasta para bañarse, incluso hasta se puede acampar.
Los estudiantes afirmaron que la madera que utilizan para hacer los letreros es la que decomisan las autoridades. Además, hacen colectas de dinero para comprar brochas, pinturas y otros materiales.
Unos 20 minutos toma hacer el recorrido, en donde se observó cómo algunos barandales de madera estaban dañados, además de que tienen en contra a la naturaleza, pues las ramas que caen sobre los puentes dañan la estructura.
Hay que pasar tres puentes colgantes, pues las aguas de la quebrada Sardinilla rodean el sendero.
EDUCATIVO
Los estudiantes tienen su manera dinámica de hacer que el recorrido sea divertido, pues al hablar del árbol Barrigón y mostrarlo, explicaron con mucha gracia que si una dama toca ese árbol sale embarazada, lo que hizo que algunas se alejaran.
Qué decir del Espavé, que antes era un árbol conocido por los indígenas como "es para ver". Ellos se trepaban y observaban a lo lejos hasta a las damas que se bañaban en el río. También explicaron la importancia de la chunga que es utilizada por los emberá para hacer las cestas.
Ya para el final del recorrido, los estudiantes explicaron sobre el árbol Higuerón. Se dice que nadie puede ver la flor de este árbol pues quien la ve, luego le ve la cara al diablo.
Son 20 minutos en los que el visitante no solo observa la flora, pues desde lo alto los monos tiran ramas a manera de descontento, mientras los pájaros deleitan con sus cantos. El sendero permanecerá cerrado hasta que finalicen las reparaciones.
Rodríguez invitó a las personas a que formen parte de Los Membrillos y así ayuden a conservar los sitios naturales de Panamá.