
Bryan está clarito como el agua de la tinaja, pues tiene una memoria envidiable.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Bryan está clarito como el agua de la tinaja, pues tiene una memoria envidiable.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Bryan está clarito como el agua de la tinaja, pues tiene una memoria envidiable.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Bryan está clarito como el agua de la tinaja, pues tiene una memoria envidiable.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Bryan está clarito como el agua de la tinaja, pues tiene una memoria envidiable.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Bryan está clarito como el agua de la tinaja, pues tiene una memoria envidiable.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Bryan está clarito como el agua de la tinaja, pues tiene una memoria envidiable.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Fue un 12 de mayo de 1912 que llegó al mundo Bryan, en la isla de San Andrés, Colombia. Este adulto mayor se siente muy bien actualmente, lo único que le molesta es un poquito una de sus rodillas.
En 1939 llegó por primera vez a Panamá, pero se devolvió a su país y retornó en 1941. En esta segunda visita conoció a la que luego se convirtió en su esposa, la señora Quintina Pineda, quien ha sido el amor de su vida. La pareja lleva más de 60 años de casados, tiene cinco hijos, 13 nietos y dos bisnietos.
Bryan cree que el secreto de su longevidad se lo debe a que es un hombre feliz. También a que nunca fumó, ni abusó del licor y siempre fue un hombre respetuoso de su familia. Además de la buena alimentación que ha llevado a base de comida saludable.
Muy jocoso, Bryan expresó que el día de su muerte le gustaría que sus familiares estén felices, pero mientras ese momento llega, le da gracias a Dios por los años que le quiera regalar.