Las manifestaciones más drásticas del cambio climático, como sequías, inundaciones, heladas o el fenómeno de "El Niño", comienzan a verse plasmadas en los árboles del mundo, que registran con precisión matemática en sus anillos, cada uno de los desastres naturales que se producen en el planeta. En la imagen, una sección de un roble con algunos de sus anillos fechados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
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