Por 28 años, sirvió al estado como funcionario del Ministerio Público, hoy es dueño de las recetas para preparar las cocadas más famosas de todo Portobelo.

Sebastián Ardines Bethancourt es un entusiasta colonense que ofrece en una esquina, en la salida del pueblo -hacia Isla Grande- delicias de la cocina portobeleña.

Enyucados, cocadas con sabor a piña, mango, guayaba y de otras frutas de la región, forman parte del menú que " Don Ñato", apodo con el que se conoce, tiene para el deguste de sus clientes.

"Mucha gente llega desde muy lejos sólo a comprar lo que cocino. Llegan de lugares tan distantes como Arraiján" dijo Ñato, mientras acomoda sus enyucados en un estante de vidrio, donde las pone a la vista de todo el que pasa a orillas de la calle.

Ñato llegó al pueblo con sólo siete años, procedente de Cacique, una comunidad ubicada a una hora de Portobelo, junto a sus hermanos y su madre, quien los envió a la escuela, gracias a su buena mano para la sazón. Cocinando pagó los estudios de sus hijos.

Ñato dejó de ser funcionario hace 10 años; desde entonces, decidió poner en práctica las recetas que su madre le dejó como herencia, razón por la que no da, ni de relajo, el secreto de sus platos.

Cuando le preguntamos cómo andaba el negocio, Don Ñato no vaciló en quejarse de que los cruceros, que en ocasiones, llenan las calles del pueblo, no dejan "nada" de ganancia, y es que las empresas turísticas no permiten que compren "ni una botella de agua", pues les llevan de todo", asimismo, aseguró que el IPAT no se ha preocupado en mejorar la condición de los portobeleños con miras al turismo.

Bueno, ya sabe, si llega a visitar Portobelo, no deje de preguntar por los dulces de Don Ñato, de seguro que si llega a probar sus dulces, regresará por más.

ESPECIALIDADES

Don Ñato no sólo sabe hacer sabrosos dulces; su sazón abarca otras delicias como el sabroso arroz con manteca de cangrejo, acompañado con cangrejo guisado con coco.