En Tumba Muerto el daño lleva más de una semana. (Foto: José Ángel Sáenz / EPASA)
Jesús Simmons
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¡Malabares! Eso es lo que tienen que hacer los peatones que transitan por la avenida Tumba Muerto, diagonal a Ricardo Pérez, para no ser salpicados de agua con excrementos.
El olor que emana del sitio es desagradable, en donde no sólo hay heces, sino calzoncillos, toallas sanitarias y papel higiénico.
Las personas que a diario caminan por el sector hacen un llamado a las autoridades para que reparen la alcantarilla.
Igual suerte corren los peatones en Ojo de Agua, San Miguelito, ya que una tubería se rompió y ha convertido la calle en una piscina, lo que hace imposible caminar sin tener que mojarse los pies.
Los afectados le piden al Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), que repare los daños lo más rápido posible.