Pueden buscar ayuda en grupos que traten el tema de la sexualidad como APLAFA. (Foto: ALEJANDRO MÉNDEZ /EPASA)
Jesús Simmons
| DIAaDIA
"Todo tiene su tiempo". Con esta reflexión, a quien llamaremos Verónica, recuerda lo difícil que le resultó salir embarazada a los 16 años, cuando aún cursaba el undécimo grado en la Escuela Nicolás Del Rosario, ubicada en Los Andes N.º 2. Ella era una muchacha tranquila a la que sus padres nunca le restringieron salir de casa.
A los 14 años ya tenía novio con el consentimiento de sus padres, un muchacho que era cuatro años mayor que ella.
La primera experiencia sexual fue a los 14 años, en la casa de su novio, y en esa ocasión se protegió con condón. Los encuentros sexuales siguieron, pero no se cuidó hasta que descubrió que llevaba un bebé en su vientre. La reacción de sus padres fue: "Yo no sé, arréglenselas como puedan". El embarazo cambió drásticamente la vida de esta joven y aunque sus compañeros y profesores la apoyaron en todo momento, le fue muy difícil terminar el undécimo grado, porque el niño nació a finales de ese año.
Contra viento y marea Verónica terminó su escuela y luego fue a la universidad, donde se graduó y hoy día es una profesional.
ALARMANTE
En el primer cuatrimestre de este año, en el distrito de San Miguelito, 940 adolescentes entre los 10 y los 19 años salieron embarazadas. Así lo informó el Dr. Algis Torres, director de la Región de Salud de San Miguelito, Las Cumbres y Chilibre, quien explicó que este problema se debe al poco control que los padres tienen sobre sus hijos. Aunado a la baja autoestima y la presión de grupo.
Estimó que si esta situación continúa, a fin de año podrían cerrar con unas dos mil jóvenes embarazadas en San Miguelito. En el 2010 fueron 2, 043 embarazos de este tipo.
Para Torres, la mayoría de estas jóvenes resulta embarazada por adultos, porque le ofrecen bienestar económico. Es decir, que ellos dan ropa, zapatos, camisas y dinero. Torres no descartó embarazos causados por niños menores de edad, pero son pocos los casos. Lo lamentable, según el médico, es que cuando los padres de estas jóvenes se enteran en vez de denunciarlo, se vuelven alcahuetos de sus hijas.
Para el doctor Mario Perdomo, gerente de Servicios de Salud de la Asociación para el Planeamiento de la Familia (APLAFA), estas jóvenes se exponen a cirugías riesgosas (cesárea) al no estar su cuerpo preparado para un embarazo, además de adquirir enfermedades de transmisión sexual y el estigma de la sociedad por haber salido embarazada estando aún en la escuela.
Para la socióloga y psicóloga Geraldine Emiliani, actualmente urge dar a los jóvenes una correcta educación sexual, para prepararlos para la maduración sexual, que es responsabilidad de los padres.
Recomendó hacerles comprender el significado de la paternidad y maternidad, y las consecuencias de una violación y el aborto, sus traumas y sus consecuencias psíquicas. Es necesario hablar de la sexualidad con naturalidad y no con vergüenza, temor o de forma fastidiosa e irritante.