Ellos aseguran que las pandillas poco a poco se han apoderado de las calles, lo que ha provocado que impere el miedo a toda hora.
Estas familias afirmaron que “por arte de magia”, cada vez que ellos llaman a la Policía Nacional, en cuestiones de minutos los delincuentes se van del lugar como si les avisaran que los uniformados va para allá.
Incluso denunciaron que los delincuentes los tienen amenazados, por lo que temen por su seguridad.