Se cuenta que en el siglo pasado, un turista fue a la ciudad de El Cairo, en Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio. El turista esperaba encontrar a este hombre en un gran palacio, rodeado de esclavas y fabulosos tesoros. El turista estaba seguro de que encontraría una incontable manada de camellos, elefantes gigantescos, miles y miles de personas al servicio de este hombre, y mucho oro por todas partes.
Sin embargo, se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco. Los libros estaban tirados por todas partes, y se notaba que habían sido manoseados una y otra vez por un lector voraz.
-¿ Dónde están sus muebles?... preguntó el turista.
Y el sabio, rápidamente, también preguntó: "¿Y dónde están los suyos...?"
"¿Los míos?..." se sorprendió el turista. "¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!", contestó. A lo que el sabio respondió sereno: "Yo también..."
La vida en la tierra es solamente temporal. Sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices.
El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden.
Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables, ¡como todos ustedes!
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