El incidente ocurrido el pasado domingo en el estadio Gian Carlo Gronchi de Pedregal, debe servir para que los directivos de la Asociación Nacional Pro Fútbol (ANAPROF), aprendan la lección.
En esta ocasión quedó claramente demostrado que no se cuenta con la seguridad adecuada, pues a lo mejor se controló la entrada en el aspecto de boletería, pero no así de revisión.
Independientemente de que si el revólver era o no del jugador, lo cierto es que alguien ingresó al coliseo deportivo armado y eso, tal y como sucedió, es algo que representa peligro no sólo para los jugadores, sino también para los dirigentes y fanáticos que acuden a observar un partido con el objetivo de distraerse y disfrutar de un buen espectáculo.
Este sábado se jugará la final entre Plaza Amador y Árabe Unido. El escenario será otro, porque se jugará en el estadio Rommel Fernández a las 8:30 p.m. Pero, ¿ha tomado la ANAPROF los correctivos necesarios para evitar algún inconveniente desagradable?
Como todos saben, ambos equipos cuentan con una fanaticada extremadamente entusiasta, fogosa y que en el calor del juego podría reaccionar de forma explosiva. Otrora, ya ha ocurrido, y en esta ocasión, la fecha y la hora de nada ayudan. Entonces, lo recomendable es que se adopten medidas que salvaguarden la vida de los presentes. Por el bien de nuestro fútbol nacional, tomen cartas en el asunto.
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