La celebración del Festival del Corpus Christi, que según Miguel Leguizamo hijo, llegó a la Villa de Los Santos en el año de 1560, por Gaspar de Espinosa y el cura Dean, es una fiesta meramente religiosa-tradicional.
Cuando empezó a celebrarse este festival tenía el objetivo de enseñar a los nativos la religión y se representaba con las luchas del Diablo con Dios.
En un principio esta celebración tenía pocas danzas, pero hoy cuenta con las originales y otras que se le han añadido para hacerla más folclórica y que abarque más costumbres de todo el país.
Por ejemplo: la danza del Zaracundé, que es la representación de los negros esclavos que se iban a la montaña huyendo de sus amos, quienes para sentirse libres, practicaban sus propias danzas lejos de los blancos.
La danza de la mojiganga, era una burla a los aristócratas de la época, porque éstos no se mezclaban con los del arrabal.
Las danzas tradicionales del Corpus Christi son la de los diablicos sucios, la del gran diablo, Montezuma español, entre otras.
La danza de los diablicos es la lucha del bien con el mal.
La del gran diablo es un encuentro entre un ángel de Dios y el Diablo, donde sale vencedor el Ángel.
La de Montezuma español, es la representación de la conquista de Hernán Cortez al Rey Montezuma.
En una obra sin igual, realizada en el Teatro Nacional, por la Asociación Rescate de las Danzas Miguel Leguizamo, pudimos apreciar la belleza y esplendor que tienen estas danzas que son uno de los tesoros culturales con que cuenta Panamá.
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