Una bella sonrisa dejan ver los dientecitos blancos que relucen en el rostro de Milka. Con su peculiar caminar salió a la terraza de su casa, en el sector 1 de Alcalde Díaz. Como de costumbre estaba con Ana María Vega, su madre.

Ellas han sido inseparables desde que Milka nació hace dos años y es que sus malformaciones lo hacen necesario. Su pierna izquierda no se completó y para ayudarla se la amputaron. Desde entonces una prótesis es su herramienta para sostenerse en pie. Esa operación se la hicieron en Atlanta, Estados Unidos. Pronto tendrán que viajar otra vez para la nueva prótesis, pues debe ser cambiada, según Milka vaya creciendo.

Pero esta pequeña de dos años no es la única hija de Ana María Vega y Franklin González, hay otros dos. El varón de 8 años, sí vive con ellos; mientras que la más grande, de 11 años, vive con la abuela, pues por lo regular el dinero no alcanza para dar de comer a todos, y menos para los otros gastos.

Ana María está viendo cómo comienza a recoger el dinero para el próximo viaje, mientras Franklin, quien conoce de albañilería, herrería y demás, trata de conseguir otro camarón. "Ahora la vamos a pasar mal", dijo Ana, pues su esposo se va a quedar "parado", porque hasta ese día tenía trabajo.

Para decir adiós, la misma sonrisa volvió a aparecer. "Chao", dijo Milka, mientras su madre no pierde las esperanzas de que alguien ayude a su esposo a conseguir trabajo y llegue el dinero para viajar a Estados Unidos.

OPERACION

Milka necesita otra operación en sus manos para poder separar sus dedos, pues solo tiene 4 en cada mano.