Sus padres venderán suéteres, pines y gorras en los semáforos, para recaudar fondos. (Foto: Jorge Silot/EPASA)
Elizabeth Muñoz de Lao
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Félix Antonio Martínez Quintero es un niño vivaz, hermoso, y a primera vista parece un bebé sano. De cerca, la historia es otra.
Sus ojazos marrones están rodeados de un impresionante color amarillo, mientras su piel refleja esa misma tonalidad. A sus cuatro meses, ya enfrenta un doloroso reto: luchar contra reloj para seguir viviendo.
Según sus padres, Nelva Quintero y Félix Martínez, una biopsia reveló que padece una fibrosis extensa en estado precirrótico y escasez de conductos biliares. La bilis no puede drenar y se regresa a la sangre, lo que se refleja en sus ojos y la piel. Él necesita con urgencia un trasplante de hígado, porque al llegar a los ocho meses, el mal avanza más rápido, y al año y medio colapsará su hígado.
Esa cirugía no se realiza en Panamá, por lo que debe operarse en Argentina o en Estados Unidos. En el país sureño, la intervención quirúrgica, además de la hospitalización, pasajes y estadía cuesta alrededor de 120 mil dólares. Su madre será la donante. Ella estará 15 días hospitalizada y el bebé un mes.
Posteriormente, deben viajar para las revisiones post operatorias. Mientras tanto, los padres están cotizando los costos en el Jackson Memorial Hospital, de Miami.
Ellos le hacen un llamado al pueblo panameño para que los ayuden depositando en la cuenta No.150000407083 de la Caja de Ahorros. La esperanza es su compañera fiel y por eso piden también al Gobierno que los apoye para que Félix Antonio pueda ser censado en el 2020 y grite a los cuatro vientos: ¡Gracias, pueblo panameño, por darme la oportunidad de vivir!