Hola, cómo estás Moza. La razón por la que te escribo es simple: estoy cansada de vivir. Tal vez pienses que estoy loca por decir esto; pero toda mi vida ha sido un calvario, de verdad, no soy feliz, y la única vez que creí que lo era fue una mentira. Tengo 28 años y un hijo de 9. Estoy tratando de obtener un título universitario, de ser alguien importante en la sociedad, de ser buena madre, pero todo me sale mal. A veces siento que no hay salida, yo sola no puedo con tanta carga. Moza, yo no tengo un problema: los tengo todos. No es que espere que un hombre me salve como si fuera una princesa, no, sólo quiero realizarme como persona. Mi hijo va mal en el colegio, el dinero que gano no me alcanza y todos los días sale una prueba nueva. Hay cosas que me llenan de regocijo, voy bien en la universidad, me salió el préstamo hipotecario; pero mi madre no me apoya, mis familiares no pueden ayudarme y ya no recibo la pensión alimenticia de mi hijo. No quiero decir esto, pero siento que Dios se olvida de mí, que soy una buena persona, y él le da tantas cosas a quienes no lo merecen. Espero que me des un consejo, porque no he podido dormir y decidí desbordar mi tristeza escribiéndote. Mi pequeño corazoncito no da más y las pastillas que me mandó mi psiquiatra ya no me ayudan. Chao Moza, amiga de los que se sienten desesperados como yo.

PUEDES SER FELIZ

Hola, no es que Dios te haya olvidado, lo que pasa es que no tienes fe. A veces no miramos las bendiciones que recibimos de Dios: tienes salud, tu préstamo salió, te va bien en la universidad, esa es la mano de tu Padre Celestial que no se ha olvidado de que eres su hija. Vive de lo que tienes, sé feliz con esto, no veas lo que te hace falta. Busca consuelo en cosas espirituales, dale tiempo a tu hijo, ya que es una edad muy difícil y te necesita. De hoy en adelante, afronta los problemas con otra mentalidad, piensa que si tienes esas pruebas, es porque Dios confía en que las superarás. Ten fe, verás que todo cambia, cuando cambies de actitud. ¡Suerte!