Mamá fui a una fiesta y recordé lo que me dijiste. Me aconsejastes que no bebiera, a cambio bebí refresco, pero no faltó quien me dijera que "debería".
Realmente me sentía orgullosa por dentro. Fuiste tú, mamá, quien me dijo todo lo que ahora estoy experimentando. Sé que hice lo correcto.
Al finalizar la fiesta todos se retiraban manejando y sabía que algún accidente podían tener.
Camino a casa, otro conductor no me vio y chocó el auto que yo conducía.
Al estar en el pavimento escuché al policía que el otro conductor estaba ebrio. Mamá, ahora soy yo quien paga la irresponsabilidad de otro.
"Estoy muriendo, hay mucha sangre y la mayoría es mía". Mamá: "Te juro que no bebí". Él probablemente participó de la misma fiesta en que yo estaba. La única diferencia es, él bebió y yo moriré. ¿Por qué beben las personas? Siento dolores punzantes y veo que el tipo que me chocó está caminando. "Esto no es justo".
Estoy aquí muriendo y todo lo que él puede hacer es mirar. Dile a mi hermano que no llore, mamá. Dile a papá que sea valiente. Y cuando vaya al cielo, pongan "la niña de papá" en mi tumba.
Tengo una última pregunta. Mamá, antes de decir adiós. No bebí y manejé, así qué ¿por qué soy yo quien muere?
Amigo conductor, este mensaje es para ti. Ingerir alcohol mientras conduces parece ser un relajo, pero llevas entre tus manos un arma de doble filo.
Ama la vida, respétate a ti mismo y respeta el derecho a vivir de los demás.